La movilidad no es solo una cuestión de transporte, sino un tema social; por eso, para innovar debemos observar la sociedad en su conjunto. Instituto para la Ciudad en Movimiento: investigaciones y acciones internacionales, soluciones innovadoras, intercambio de conocimientos.

La calle es nuestra.. de todos!

El Instituto presentó dos exposiciones. La primera, «La calle es nuestra… de todos!» estuvo destinada a sensibilizar al gran público y a los protagonistas de la calle: responsables públicos, profesionales del urbanismo, del transporte, de la arquitectura, del comercio y de las actividades relacionadas. El IVM puso así de manifiesto la necesidad y las posibilidades de nuevos enfoques de la calle, urbanísticos, arquitectónicos, paisajísticos, de señalización, de organización mostrando que se pueden reconciliar sus diversas funciones, sus usos y los diferentes modos de transporte. En su primera etapa, la exposición se celebró en la Escuela de Arquitectura de París-Val-de-Seine, en marzo y abril de 2007. Luego inició una recorrida por el mundo.

La segunda, «Las calles del sur», fue si se quiere más local y consistió en ejemplos de la grandes ciudades del continente. Fue presentada dos veces en Buenos Aires y siguió su recorrida por Santiago y Montevideo.

La exposición «La Calle es nuestra.. de todos!» se desarrolló en diferentes ciudades de lationoamérica y en la sede central del Instituto para la ciudad en movimiento en Francia:

Contexto general

El aumento de las movilidades urbanas, la mayor demanda en espacios públicos, la multiplicación de las velocidades de desplazamiento y los modos de transporte y la instalación de los conflictos sociales en el espacio público hacen que las relaciones en la calle sean más difíciles y, muchas veces,  conflictivas.

Para administrar lo mejor posible estos conflictos -de paso, de acceso, de vecindad o de expresión-, es necesario separar las necesidades de desplazamiento y las funcionalidades de los espacios. Otras soluciones son posibles, las que reúnen más y dividen menos, las que articulan las distintas escalas en vez de independizarlas, las que contemplan la coexistencia en vez de las separaciones, las que reconcilian las distintas velocidades y no las jerarquizan… Estas nuevas soluciones no sólo están incluidas en la técnica, sino también suponen que se discuta lo que está en juego,  que los intereses de los distintos protagonistas y usuarios sean tenidos en cuenta. Es decir, implican y requieren una verdadera gobernabilidad de la calle.

La exposición, que presenta experiencias múltiples, casos diversos y  puntos de vista contradictorios, permite reflexionar sobre las nuevas maneras de compartir la calle. No hay una única buena solución, más bien hay varias posibilidades de actuar que corresponden a situaciones y contextos culturales, ambientales, sociales, económicos, políticos e históricos, específicos y locales.

La exposición, entonces, está destinada tanto a los responsables que conciben, arreglan o administran la calle, como a sus usuarios y a todos los que quieren implicarse en su futuro. Está destinada también a los enamorados de la ciudad y del espacio urbano.

¿Cómo compartir la calle?

El aumento de las movilidades urbanas, la mayor demanda en espacios públicos, la multiplicación de las velocidades de desplazamiento y los modos de transporte y la instalación de los conflictos sociales en el espacio público hacen que las relaciones en la calle sean más difíciles y, muchas veces, conflictivas.
Para administrar lo mejor posible estos conflictos -de paso, de acceso, de vecindad o de expresión-, es necesario separar las necesidades de desplazamiento y las funcionalidades de los espacios. Otras soluciones son posibles, las que reúnen más y dividen menos, las que articulan las distintas escalas en vez de independizarlas, las que contemplan la coexistencia en vez de las separaciones, las que reconcilian las distintas velocidades y no las jerarquizan…

Estas nuevas soluciones no sólo están incluidas en la técnica, sino también suponen que se discuta lo que está en juego, que los intereses de los distintos protagonistas y usuarios estén tenidos en cuenta. Es decir, implican y requieren una verdadera gobernabilidad de la calle.

Esta exposición, que presenta experiencias múltiples, casos diversos y puntos de vista contradictorios, permite reflexionar sobre las nuevas maneras de compartir la calle. Nunca hay una única buena solución, más bien hay varias posibilidades de actuar que corresponden a situaciones y contextos culturales, medioambientales, sociales, económicos, políticos e históricos, específicos y locales.

La exposición, entonces, está destinada tanto a los responsables que conciben, arreglan o administran la calle, como a sus usuarios y a todos los que quieren implicarse en su futuro. Está destinada también a los enamorados de la ciudad y del espacio urbano.